21 octubre 2008

El abismo del tiempo



El carpe diem es una tentativa para evitar caer en el abismo del tiempo en el que todos nos precipitamos varias veces cada día. Como un boliche en la bolera vamos para un lado o para el otro. El tiempo, (como la mente), nunca está quieto. Parece quieto pero en un tris, rueda que rueda, tumbo que tumba, es pasado y se entretiene en perfilar muescas en el futuro. Da igual que la felicidad ponga alas al tiempo o que la desdicha lo llene de plomo. El presente es una mixtura urdida entre la reflexión sobre lo que fue y los proyectos que llegarán a ser.


El pasado como maestro o el futuro como posibilidad dejan al presente el papel de partero, o sea el que ayuda a alumbrar, inútilmente a veces, un rumbo nuevo para una vida en permanente tensión. ¿Qué es el presente, entonces? El presente pone en crisis toda enmienda y todo deseo. O es un simple dejarse ir que se pagará muy caro. ¿En qué momento sucederá eso? En cualquier instante en que se abra la brecha en el abismo del futuro.

9 comentarios:

Annabel dijo...

Excepto para los niños pequeños, que saben apreciar y vivir de verdad lo único que tenemos, que es el ahora.
Y de adultos contaminados por todo lo que cuentas al final nos toca ir al psicoterapeuta y esas cosas (o saltarse la terapia y recurrir directamente a los ansiolíticos, pues no hay gente dopándonse por ahí...).

Besicos.

Isabel Barceló Chico dijo...

Preguntas muy difíciles de contestar. Somos un devenir... Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

"El carpe diem es un intento para evitar caer en el abismo del tiempo..."

Te voy a ser sincera, Prometeo; hoy, a primera hora de la mañana te leí y aunque he de decir en honor a la verdad que le he estado dando vueltas a mi cabeza, sigo pensando lo mismo, será quizas porque una ya va teniendo una edad y se ha puesto el mundo por montera,pero ahora es cuando de verdad comprendo que la vida es para vivirla,... hoy.

Besos.

Anónimo dijo...

¡Que fácil es existir y que difícil es decidirse a vivir! Bello artículo
¡Saludos!

Prometeo dijo...

Muchas gracias por sus comentarios.

… Y todo el mundo se apuntó al Carpe diem. El tiempo se escapa y queremos atraparlo. ¡Vive! No cabe duda de que eso es lo correcto. No puede uno quedarse atrapado en el tiempo pasado ni pendiente de un futuro por venir. Vivir el tiempo presente; no está nada mal. Es el patrimonio mayor que tenemos. Algunas filosofías orientales dicen que si fuéramos capaces de ser conscientes de nuestra realidad por unos instantes y sin interrupción (es decir de romper la cháchara interior) seríamos libres definitivamente, “veríamos la luz” y otras metáforas por el estilo. Ya lo dijo Buda: El secreto de la salud, mental y corporal, no está en lamentarse por el pasado, preocuparse por el futuro ni adelantarse a los problemas, sino en vivir sabia y seriamente el ahora.” -Buda-

Mi texto no pretendía sentar cátedra sino hacer una reflexión literaria en voz alta sobre algo que le impacta a la mayoría de la gente: el paso del tiempo que para mí desde hace unas semanas se presenta como el abismo del tiempo: unos dicen que es algo subjetivo que no tiene un existencia real, pero lo cierto es que si miramos la historia el tiempo engulle todo como en un torbellino fatal.

Y por otra parte, tampoco podemos olvidar que algunos efectos del Carpe diem son especialmente odiosos y desagradables. Por citar algunos que darían para muchas páginas:

- ¿Qué hacen los jóvenes de hoy mismo sino apuntarse a la moda de vivir el presente que les sirve de excusa (o incluso de justificación) para envenenar su sangre y poner en riesgo su futuro si es que llegan a tenerlo?
- ¿No es acaso fruto de esta misma moda lo que hace que los niños ya no sepan jugar, se cansen de sofisticados artilugios a los cinco minutos de que se los regalaron y tengan cero interés por las cuestiones de la escuela?
- ¿No es verdad (ángel de amor) que demasiadas personas hacen dejación de sus responsabilidades para con sus allegados porque la urgencia del Carpe diem les nubla todo lo demás? Recuérdese la cantidad de casos de niños abandonados en sus coches o en sus casas (algunos con dramáticas consecuencias) porque los papás tienen que vivir el momento presente…
- ¿Acaso no es cierto que demasiada gente ha abandonado la cultura del esfuerzo, el respeto a los valores, el aprecio por la solidaridad, la estima y la ayuda al vecino o al necesitado, porque no tienen tiempo que perder en eso de vivir el presente y que el futuro ya vendrá?
- Podría seguir enumerando…

Carpe diem, sí, pero…

Anónimo dijo...

El carpe diem como yo lo veo va más allá, Prometeo.
Precisamente como tú muy bien has mencionado la escala de valores es la clave:

"Carpe diem quam minimum credula postero"

Aprovecha el día, dale el valor a las cosas que realmente tienen, sé el dueño de tu vida, no dejes que el pasado te paralice, tampoco el futuro incierto. Pero esto siempre desde la responsabilidad, por supuesto.
Lo difícil muchas veces es encontrar el equilibrio justo.

Besos.

Prometeo dijo...

De acuerdo Anónimo con su apostilla "desde la responsabilidad". Pero demasiados se han quedado en la musiquita y olvidaron el guión.

Saludos.

Marcela dijo...

Creo que todos tenemos esas dudas. A mí me pasa que generalmente planifico mal, entonces el futuro me toma siempre por sorpresa. Y para vivir hoy correctamente debemos ser conscientes del pasado y prever el futuro. Es muy complejo.
Me gusta mucho tu blog. Saludos.

Prometeo dijo...

Muchas gracias, Mar por tu visita.
Me alegro que te guste mi blog.