18 noviembre 2008

El dialecto de la vida




Es el material del que se sirve el escritor para plasmar su arte, según reflexión sabia de Robert Louis Stevenson en sus Ensayos Literarios (Hiperión). Y sigue: la literatura está condenada a trabajar en mosaico con palabras limitadas. Las otras artes obtienen relieve, continuidad y rigor a través de ciertas supresiones negadas a la literatura: ninguna pincelada de jeroglífico, ningún empaste alisado, ninguna sombra inescrutable, como sucede en la pintura; ningún muro ciego, como en la arquitectura… Un maestro.

Y el otro, (León Felipe): Pero ¿qué están hablando esos poetas ahí de la palabra?
Siempre en discusiones de modista:
que si desceñida o apretada ...
que si la túnica o que si la casaca ...
¡Basta ya! La palabra es un ladrillo. ¿Me oísteis? ...

Dos definiciones de la materia prima del escritor: dialecto de la vida y ladrillo. Las dos parten de la misma metáfora en la construcción del universo poético. Hágase la luz en los siete días de la creación (con sus siete noches como diría el chistoso).

La blasfemia y la plegaria; cruz y cara, envés y haz, águila o sol (otra vez León Felipe). Y más: todo sirve con tal de que arda…

10 comentarios:

Marcela dijo...

La palabra como ladrillo. Me gustó eso. Palabras para bendecir y maldecir, para hacer conjuros, jurar amor, insultar...
Beso.

Anónimo dijo...

Hola, Prometeo:

Me ha recordado cuando dijo "Y más: todo sirve con tal de que arda…" a Aldo Palazzeschi y una reflexión suya:


Ogni verso che scrivo è un incendio.
Oh! Tu vedessi quando scrivo!
Mi par di vederle le fiamme,
e sento le vampe, bollenti
carezze al mio viso.


Cada verso que escribo es un incendio. ¡Oh! ¡Si vieras cuando escribo!... Ver las llamas me parece y aun las ascuas oígo, [que son] hirvientes caricias a mi parecer.

http://liberidallaforma.blogspot.com/2007/05/ogni-verso-che-scrivo-un-incendio.html


Un fuerte abrazo,
Gonzalo

p.s.: estoy comentando semanalmente las tusculanas capítulo por capítulo en el blog que aparece en mi perfil

Prometeo dijo...

Hola Marcela. La palabra, piedra pequeña y ligera... dirá también el poeta.

Besos

Prometeo dijo...

Ogni verso che scrivo è un incendio.

Muy bonita esa imagen.

Eres excelente, Gonzalo. Es un orgullo encontrarse con personas como tú.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Es el modo que tenemos las personas de luchar contra el abismo del tiempo ¿No creéis? Nuestra historia y todo lo que para nosotros tiene importancia, lo que sentimos, lo que creemos que de algún modo debe permanecer, lo protegemos contra el paso inexorable del tiempo que de otro modo conduciría al olvido, lo protegemos digo, con este precioso envoltorio que es la palabra.

Que sería de nosotros si no fuese por ellas, si alguien en ese tiempo y lugar no las hubiese escrito ¿Verdad?.

Besos y que siga ardiendo.

Anónimo dijo...

A veces por casualidad uno cae blogs que merecen la pena ser leidos, como este.

Isabel Barceló Chico dijo...

Me quedo con este post. Ciertamente, construir con la palabra es un arte y, añadiría, un riesgo. Un abrazo enorme.

Prometeo dijo...

Las palabras como los colores del pintor o las traviesas del arquitecto, Anónimo. ¿Qué haríamos sin las palabras?

Un abrazo.

Prometeo dijo...

Muchas gracias, loslibros, por su comentario. Es cierto, a veces uno buceando por ahí descubre cosas que no sabía que estaban y que gustan. A mi también me pasa y si tuviera más tiempo...

Saludos

Prometeo dijo...

Es muy cierto, Isabel lo del riesgo. Un riesgo en varios sentidos.

Un abrazo igual de enorme.