14 diciembre 2008

Alma de blog IV


- - - - - - - - - - - - - - - - - - Acantilados de Dalí - - - - - - - - - - - - - - - - -

Hoy he dedicado un par de horas a navegar sin rumbo prefijado, baliza va, boya viene, por la blogesfera que es ya como un océano sin orillas. He buceado por entre unas cuantas decenas de blogs con ánimo de descubrir alguna perla. No sé cómo lo hace el resto de los mortales pero es realmente difícil localizar blogs interesantes. Y cuando das con uno que apunta maneras lo encuentras abandonado, desactualizado o muerto. ¿Millones de barquichuelas a la deriva? Bien es cierto que apareció alguno interesante.


Hace poco descubrí que tenía un moderado temor a los espacios cerrados en general. Hay una imagen que me ronda y me produce algo así como un ataque (también moderado) de ansiedad. Imagina, lector, la siguiente escena: un organismo vivo prisionero en un espacio oscuro, silencioso y hermético. La información del exterior le llega a través de las impresiones de terceros que tras captar cada uno determinadas sensaciones según su especialidad, las codifican y las envían al ordenador central para que éste se encargue de procesarlas, decodificación mediante. Tal que así, más o menos, actúa ese prodigio llamado cerebro. ¿No te pone nervioso pensar en ello? Pero no se trata sólo de las consecuencias del enclaustramiento sino de las segundas manos: el mundo que conocemos es una interpretación reformulada y reinventada por cada uno de nosotros. La idea no es nueva, pero sí certera.

Tantos mundos como cerebros. Y no se trata sólo de que noventa y nueve ovejas y un pastor sumen cien cabezas como vacilaba el guasón, sino que cada una de las barquichuelas evoca por la proa puertos diferentes. Lo que nos lleva, una vez más, a constatar las dificultades de la comunicación humana.

Millones de blogs en un océano multicolor. ¿Cada uno encuentra lo que busca? ¿Son o nos lo parece? Un continuo ir y venir, encuentros y desencuentros, en un eterno juego de espejos, de luces, sombras y contraluces. Y a veces la playa es un acantilado.

Y aún así...

8 comentarios:

Luis Vea dijo...

De náufrago a náufrago, saludos.




http://luisveagarcia.blogia.com
http://cotidianos.blogia.com

Marcela dijo...

Me gusta descubrir esos pequeños tesoros cuando navego en internet. Y los disfruto mucho, pero tengo en claro que cada blog es una visión de la realidad, no la realidad en sí.
Y creo que de alguna manera, encontramos lo que buscamos...
Muy interesante tu escrito. Beso.

Prometeo dijo...

También yo, un día, llegué a tu blog y desde entonces voy a visitarte.

Saludos cordiales, Luis. Y que salgan adelante tus proyectos.

Prometeo dijo...

Buenos días, Marcela y gracias por tu comentario. ¿Y dónde está la realidad en sí? Somos pequeñas islas miopes?

Beso

alba* dijo...

El ciberespacio no es si no otra forma de expresión, de comunicación al fin y al cabo, Prometeo.

Hace mucho que no hago una inmersión de ese tipo, pero siempre que las he hecho si que he ido encontrándome a mí misma reflejada en palabras que otros antes que yo plasmaron.

No importa si siguen activos o no, actualizados o no, lo importante es con la intensidad que en su día se hicieron todas y cada una de esas manifestaciones emocionales, y que ahora podamos descrubir esos rincones para nuestro deleite.

Prometeo dijo...

Saludos, alba.

Tienes razón: lo importante es ese inventario de sentimientos y saberes personales que quedan ahí como una confesión de vida.

Besos

Anónimo dijo...

Y sin embargo, a veces nos sonrie la suerte, y encontramos lugares donde alguien dice cosas que solemos pensar... ¿Naufragos similares?

Un saludo, Prometeo!

Prometeo dijo...

Hola Olga. Muchas gracias por tu visita. Náufragos, sí. Sensibilidades afinadas en alguna nota.

Un saludo.