16 febrero 2009

Sueño, verso, sangre, carne




Sueño que robas mis sueños
deja que bulla en el aire,
canta conmigo ese verso
que no ha de soñarlo nadie.

Verso que robas mi verso
deja que nunca se acalle,
que es el sueño de mis sueños
rojo de sol y de sangre.

Sangre que ciñes mi pecho
deja que nadie te aclame,
que de amor y sones nuevos
está formada mi carne.

Carne cansada del verbo
sueña tu pan donde ande,
que tu pan y mis deseos
serán de la misma madre.



P.D. Poema de adolescencia

6 comentarios:

Anónimo dijo...

http://fomentaeltrueque.blogspot.com/

a ver que os parece

Isabel Barceló Chico dijo...

Un poema realmente cadencioso y con enjundia. Me ha gustado. Saludos cordiales.

Angel dijo...

¡Qué placer leer poemas u otros escritos que teníamos olvidados

y que llevan la gracia y la vida de aquellos poquitos años!

Un saludo.

PD. Gracias por pasarte y comentar las conversaciones del perro conmigo

Prometeo dijo...

Muchas gracias, Isabel.

Muchas gracias, Angel. Tienes un personaje que da mucha vida.

Saludos.

Annabel dijo...

Es bonito recuperar estas cosas.
He estado leyendo las entradas atrasadas pero hoy no tengo fuerzas para dejar comentarios (un dolor de cabeza infame), solo quer´´ia dejarte este mensaje para que sepas que te sigo leyendo.

Hasta pronto.

Prometeo dijo...

Hola Annabel. Espero que ese dolor de cabeza haya desaparecido por completo.

Un abrazo