22 septiembre 2008

El precio de una vida



Es una tontería eso de que todas las vidas valen lo mismo. No. No vale lo mismo la vida del verdugo que la de su víctima. La del cobarde asesino vale menos que un puñado de polvo, mientras que la de su víctima es muy valiosa y con él nos desangramos todos.

Es una barbaridad afirmar que vale lo mismo la vida de una madre que la vida de su hijo condenado en juicio sumarísimo a no ver la luz.

Es una injusticia decir que la vida de un maltratador y la del que sale en defensa de la víctima de sus maltratos valen lo mismo.

No. Las vidas no valen lo mismo unas que otras. Que nadie lo olvide entre tanta plañidera vocacional y tanta condena hueca.

Lloraré por el niño que no llegó a nacer,
por el servidor público que entregó su vida por todos nosotros,
por el valiente que se enfrentó al maltratador.

Nunca por el verdugo cuya vida vale mil veces menos.

5 comentarios:

Annabel dijo...

¿El niño que no llegó a nacer? ¿el aborto? ¿el servidor del orden? ay, que es verdad que no vas a ser Jose Ramón...
ups!

Prometeo dijo...

No tengo ningún interés en ser alguien a quien le moleste la verdad de las cosas y/o se deje llevar por esquemas que en apariencia son avanzados pero en realidad forman parte de los impulsos más cavernícolas y primitivos del ser humano, annabel. Cuando uno se moja debe hacerlo con decencia. No basta con una declaración de repulsa por unos atentados terroristas sino que también hay que tocar todos los palos y dejar al descubierto las artimañas de la cultura de la muerte y la ausencia de valores que atenaza a la sociedad y a la que algunos se suman con demasiada soltura.

Podemos hablar de literatura y soñar con el sonido de las palabras, pero cuando aparece el zarpazo de la muerte hay que decir de qué parte está cada uno.

Saludos.

Annabel dijo...

Me he enterado esta mañana de lo del atentado. No sabía que iba por ahí.
¿De qué parte estoy yo?... de la del dulce desorden del vive y deja vivir.
Una utopía según se empeñan en recordarnos algunos, sí.

Prometeo dijo...

Hola annabel. No quise prejuzgar dónde estabas tú sino dejar claro dónde me ubico yo. Te siento una persona sensible e inteligente y con ideas propias. Cada uno de nosotros tenemos las nuestras como no puede ser de otro modo. En lo del vive y deja vivir coincidimos y en otras cosas no coincidiremos, pero eso indica que tú y yo somos dos personas independientes y no dos clones. Dos personas que se respetan y que se pueden apreciar al margen de discrepancias. Por orden yo me refería al constitucional y democrático.

Un abrazo.

Prometeo dijo...

Buenas noches Profesor Cocca:

Muchas gracias por su visita y prometo visitar sus páginas con detenimiento.

Prometeo.