15 septiembre 2008

El futuro del presente



¿Tiene futuro la literatura? Efluvios de septiembre…

Es como hablar del presente y del futuro de todos esos peatones que circulamos por ahí: variopinto como la vida misma. Es decir, si las personas vivimos con alegre seriedad la vida (ese viaje extravagante, por otro lado), pues habrá una literatura creativa, amena, irónica, divertida, enriquecedora, ...; que lloriqueamos, perdidos en las anécdotas para becarios, y despejamos balones sobre lo que pasa aquí y ahora, pues tendremos lenguaje infantil y primario: balbuceos (León Felipe dixit). ¿De qué sirve ser creador de historias y luego esgrimir media sonrisa como respuesta a un mundo que se desmorona?

Cuando uno es un joven incauto y empieza a descubrir, más o menos por su cuenta el mundo, está tentado a creer que eso que la gente llama los intelectuales son los tíos y tías más avanzados (porque utilizan el coco); alguien de quien uno puede aprender mucho. El enamoramiento durará más o menos, pero al final se resuelve en desengaño. Y el tal bisoño se topa de lleno con los dogmatismos, los egos, la cerrazón, el simplismo, los tics, las consignas; el rábano por las hojas, las meninges por las barbas, …

Ante ese panorama ¿que hay del presente y el futuro de la literatura?, pues depende de donde se sitúe usted. Si lo que los escritores piensan y escriben tiene futuro, si es positivo, si abre puertas, si no es un bostezo hipócrita ni una resignación estéril, si no es manipulador, si invita a descubrir, a gozar, si realiza, si no es proselitismo… la literatura tendrá futuro. Y el ser humano mismo de quien la literatura no es sino un inventario de pasiones.

Pero si hablamos de la literatura del fracaso, de la muerte, de la complicidad…

7 comentarios:

Anónimo dijo...

El futuro dirá quienes tenían hoy presente.

No existen los escritores sin lectores, mal que les pese a algunos presuntuosos manipuladores de la sintaxis y las palabras raras.

Mientras tanto, seguiremos escribiendo por el simple placer de escribir y sin propósito ni de enmienda ni de perpetuidad.

Perdón, no es seguiremos es seguiré, porque Vd. no sé porqué escribe.

Annabel dijo...

Esta tarde estoy depre y me encuentro con esta entrada tuya... ¡algo más romántico por favor!

Anónimo dijo...

Un tema muy interesante, con muchas posibilidades. Sin embargo, como lectora, no me imagino el adentrarme en las historias sin el olor, el tacto, el peso entre las manos, de un libro. ¿Pasará lo mismo con otras generaciones? No lo se...

Un gusto leerte, ¡saludos!

Prometeo dijo...

Pues está bien claro, anónimo. No tiene más que entrar en el epígrafe "escritor" (o cualquier otro y lo comprobará).

Saludos

Prometeo dijo...

Lo siento Annabel. Quise equilibrar un poco el inventario después de el paseo por septiembre, noviembre, el diario y aitana.

Besos.

Prometeo dijo...

Gracias lolita. Parece ser que el libro siempre existirá y podremos sentir eso que usted dice.

Anónimo dijo...

Tiene "futuro" (la literatura), claro, y por eso no está en el hoy y no está la literatura en los más vendidos (dichos "béselers", que no pasan de ser más que orgasmos posmodernos) y no debe(ría) estarlo. Tiene mérito aquel que después de 2700 o 2800 años tiene oyentes e imitadores -y sin cobrar derechos de autor. Eso es literatura -o littera-dura. Durísima.
Y oigamos al enorme Giménez Caballero en Genio de España:
Como para mí esta labor de sentir el sentido de un pueblo no radica en la erudición, ni en la teoría, ni en ningún armadijo intelectual e inerte, sino en la Profecía, en la comunión de un alma alerta con el genio callado de su pueblo, sé que mi labor tiene el estremecimiento del trance, de la visión sagrada, de lo religioso.

un abrazo
Gonzalo
http://www.youtube.com/watch?v=u3M-Vf1-mPI