Mi letra es ilegible, los médicos me envidian. Con el ordenador es diferente, puedo ensayar diferentes tipos si bien el que más me gusta es el que simula la letra manuscrita. Se cierra el círculo. Llegué a ser legible por el ordenador.
Un lunes extraño. Es lunes y festivo; como si se tratara de un domingo que a la vez es la víspera del martes. Se precipita la rueda de los días y se recorta la semana. Uno, dos y tres.
Ocho de diciembre, bajo el oropel de la semana fantástica, la relativización de los valores y un mal entendido y errático carpe diem, todavía se perciben los rescoldos humeantes de la Navidad que llega puntual a la cita y ya casi está aquí. Donde hay, siempre queda.
Algunos arquitectos de la nada han pretendido sustituir a los Reyes Magos de la infancia por un advenedizo Santa Claus. Pero resulta que Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás, no son sino hojas de un mismo árbol que hunde sus raíces en un personaje legendario inspirado en un obispo cristiano del siglo IV de nombre Nicolás. Cerramos el círculo y estamos en el mismo sitio.
El amén y el om. Dos mantra de dos culturas bien diferentes y diferenciadas. El chiste es que algunos abandonaron sus creencias de antaño y se entregaron devotos a otras venidas de oriente (como los Reyes Magos). Donde antes despotricaban ahora muestran unción. Donde antes criticaban imágenes, rezos y ritos, ahora (a calderadas), se solazan en la ornamentación de estancias completas con profusión de figuras (algunas terribles), velas, inciensos y ejercicios casi gimnásticos. Fieles a la máxima que afirma que el santo, cuanto más lejano, más milagroso.
Es lunes y domingo. Va a ser eso.
Un lunes extraño. Es lunes y festivo; como si se tratara de un domingo que a la vez es la víspera del martes. Se precipita la rueda de los días y se recorta la semana. Uno, dos y tres.
Ocho de diciembre, bajo el oropel de la semana fantástica, la relativización de los valores y un mal entendido y errático carpe diem, todavía se perciben los rescoldos humeantes de la Navidad que llega puntual a la cita y ya casi está aquí. Donde hay, siempre queda.
Algunos arquitectos de la nada han pretendido sustituir a los Reyes Magos de la infancia por un advenedizo Santa Claus. Pero resulta que Papá Noel, Santa Claus, San Nicolás, no son sino hojas de un mismo árbol que hunde sus raíces en un personaje legendario inspirado en un obispo cristiano del siglo IV de nombre Nicolás. Cerramos el círculo y estamos en el mismo sitio.
El amén y el om. Dos mantra de dos culturas bien diferentes y diferenciadas. El chiste es que algunos abandonaron sus creencias de antaño y se entregaron devotos a otras venidas de oriente (como los Reyes Magos). Donde antes despotricaban ahora muestran unción. Donde antes criticaban imágenes, rezos y ritos, ahora (a calderadas), se solazan en la ornamentación de estancias completas con profusión de figuras (algunas terribles), velas, inciensos y ejercicios casi gimnásticos. Fieles a la máxima que afirma que el santo, cuanto más lejano, más milagroso.
Es lunes y domingo. Va a ser eso.
3 comentarios:
Oriente y Occidente, tan cerca, tan lejos... Me parece tan sencillo a mí creer y dejar creer (o no) en lo que a cada uno le plazca... ¿por qué será tan complicado?
Beso.
Tiene usted razón, Marcela. Que cada uno crea lo que le parezca. Estaba yo haciendo un análisis sociológico del asunto, sin que ello presuponga hostilidad hacia ninguna creencia. Por el contrario es buena esa síntesis entre diferentes prácticas y ritualizaciones y poder utilizar diferentes "técnicas" o maneras de afrontar lo espiritual.
Beso
Sí, de hecho me gustó mucho tu análisis. A veces es difícil ver lo similares que son las creencias y lo cerca que están, no solo en sus orígenes, sino después de mucho tiempo. El último párrafo, sobre todo, es excelente. Un beso.
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