16 febrero 2010

Hojas de otoño en febrero


"De tan suave y aérea, la hora era un ara donde orar". Fernando Pessoa, libro del desasosiego.

Si quieres podemos subir al salón, le dije como en susurro. Carmen sonrió mientras con su mirada trémula recorría el sendero que conduce a la casa. Tiritaba de frío. También en su corazón nevaba cuando un contacto tibio y fortuito de nuestras manos le devolvió la vida. Gráciles copos se desplazan erráticos por las calles en su coqueteo con el viento glacial de febrero para desvanecerse entre las ramas desabrigadas de los árboles.

Carmen se dejó caer en el sofá junto a la lumbre y frente al amplio ventanal con vistas al mar en cuya playa y por sobre las rocas del acantilado hervían las aguas embravecidas antes de transmutarse en burbujas. Aticé el fuego. La madera al quemarse emitió un silbido sordo y distante como la queja afónica de un perrillo que huye. Besé su mano de mármol pero su pensamiento se mecía sobre las olas.

¡Qué recuerdos!, la oí decir como en un suspiro. Aquí mismo escribiste tu primera novela y aquí mismo yo la bauticé. Llovía. En este pueblo nunca dejó de llover. Asentí con un leve gesto. La misma historia de nuestra vida, añadí dando voz a sus pensamientos. Así es, discutíamos cada andanza de los personajes que corriendo el tiempo llegaríamos a encarnar como un guión fielmente interpretado.

Hojas de otoño”, acertó a pronunciar salvando la congoja que le cerraba la garganta y miró alrededor como intentando regresar a un tiempo que se fue. La vida es una hoja que se desprende del árbol, el pitido de un tren en la noche, la mordaza de un caballo, las cuatro estaciones, el trinar del pájaro solitario… Yo esbocé mis primeros balbuceos siendo todavía un niño y utilicé la metáfora de la hoja que se separa del árbol en su vuelta a la tierra desde la que brotó. El invierno añora las luces del verano; el otoño se solaza en el verdor de la primavera. Un blucle sin fin que nos lleva una y otra vez al mismo brete.

Carmen se acurrucó frente a la lumbre y me besó con su mirada antes de zambullirse en los pliegues del sueño. Copos lechosos descendían oblicuos siguiendo una vía errática perfectamente trazada. Algunos gorriones se guarecían por entre los canecillos bajo el alero del tejado. Un volátil manto de espuma cubrió las olas del mar allá a lo lejos. Etcétera.




21 comentarios:

madroca dijo...

Precioso texto, me encantaron tus metáforas, llenas de sentimiento y a la vez suaves como una caricia, un placer leerte
Un saludo

Tatiana Aguilera dijo...

Es maravilloso comenzar el día, con un derrame de metáforas y buena lectura.
Un abrazo para ti.

Eliane dijo...

Con una sola palabra: SUBLIME!
Un abrazo

Carmen Montoro dijo...

Sabes, Náufrago, la contemplación de la lumbre en la chimenea se asemeja a la visión de las olas en la mar...

nada nos entretiene tanto como mirar el detalle en movimiento, la danza del fuego y del agua...

Nuestros pensamientos saltan, van y vienen, mecidos por ese hilo conductor del "panta rei" (πάντα ρει), todo fluye.

Etcétera.

un sitio diferente

YoSusan dijo...

Precioso texto.

Un saludo

Anhelos de mar dijo...

Es muy bonito, me ha gustado mucho

Leni dijo...

Precioso Prometeo.
Lleno de dulzura.

Sobresaliente.
Un placer leerte.

Beso

La Turca y sus viajes dijo...

Hola!!!!!

“Otoño”, si pudiéramos aprender de la naturaleza que bien nos haría, el otoño llega para que nos podamos desprenderse de lo que no usamos, al igual que esas hojas que caen para darle lugar a los nuevos brotes. Si vamos muy pesados por la vida, nos podemos hundir.

Que pases un buen día.

Un abrazo de oso.

EvaonmyMind dijo...

Ciertamente la vida es un bucle, uan espiral que nos envuelve en una madeja infinita.
Las hojas caen para volver a la tierra que les da su sustento, volverán a nacer y volverán a ser frescas y verdes como la esperanza.

Y se marchitarán una vez más, para volver a la tierra y alimentarla.
Aún en febrero.

Un beso. Cuídate mucho, espero que estés bien.

Elena

Anónimo dijo...

Hermosa lectura, se siente rico disfrutar de espacios como el tuyo...Saludos PTB :)

Norma Ruiz dijo...

amigo náufrago:
hermoso relato.
despierta los sentidos-
las metáforas geniales-
la vida es una hoja que se desprende del árbol.
son los ciclos de la vida, y cada uno se debe disfrutar.
nosotros somos los protagonistas de la historia- el guión te lo dá la vida.
besos amigo

Marisol Cragg de Mark dijo...

Las estaciones del año nos muestran las etapas de la vida. Y el otoño me gusta mucho. Será porque me hace ver que me tengo que renovar y tomar nuevo impulso antes de recibir al invierno.
Qué imagen más bonita la de estar ante una chimenea mientras el mar está no lejos de mí.
Te dejo un cordial saludo. Un placer haberte leído.

LoReBeLLa dijo...

Está hermoso tu relato, me fascinaron las metáforas.
Expresaste tales emociones que uno puede ser llevado de la mano como si presenciara todo.

LoReBeLLa dijo...

Está hermoso tu relato, me fascinaron las metáforas.
Expresaste tales emociones que uno puede ser llevado de la mano como si presenciara todo.

Petardy dijo...

¡Qué momentos esos que se pueden vivir o rememorar al lado de una buena lumbre! Si a eso le añadimos las vistas del mar desde unos grandes ventanales, ya no cabe imaginar un lugar mejor ni más acogedor. Saludos desde Petardylandia.

Angeles Fernangómez dijo...

Desde luego es una narrativa absorvente. Te mete y te mece dentro de lo que se describe a lo largo del relato. Imágenes muy bellas, algunas son pura poesía.
Saludo

Unknown dijo...

Salud!

Te recomiendo Autumn Leaves, en una versión de Miles Davis que tal vez puedas susurrar en otras palabras.

Te sigo.

Un abrazo ptb.

Nayemi dijo...

Que afortunado es el protagonista de contar con Carmen, en el otoño de sus vidas. El otoño es mi estación preferida: fresco, pero muy colorido. Cada “hoja de otoño” es una vivencia, y todas las hojas juntas, la historia de nuestra vida. Terminas en un "etcétera", cuando sumergidos dentro de tan excelente relato, queríamos continuar leyendo.

Prometeo dijo...

Muchas gracias,amigas y amigos.

Jonás, gracias por el consejo, te hago caso y lo incorporo a la entrada

Saludos

Lola Padilla dijo...

Siempre pensé que en el otoño era tan fácil la ternura, tú me lo acabas de demostrar.
Maravillosas palabras, llena de tonalidades suaves como las hojas de los árboles.

Me encantó.

Saludos.

Marcelo dijo...

Hermosa lectura y metaforas..me gusto tu sitio, felicidades....saludos PTB