El regreso del náufrago

Las mareas del tiempo me llevaron lejos de estas costas. Durante años, el náufrago dejó de escribir en la arena, atrapado en las exigencias de la vida. Pero el mar siempre devuelve lo que es suyo. Y aquí estoy de nuevo, con la tinta salada de los recuerdos y las ganas de contar nuevas historias. La última isla fue mi querida perrita Siri. Antes de que existiera la Siri de la manzana, ella ya era. 

Han pasado más de catorce años desde la última vez que escribí en este rincón, mi bitácora de reflexiones, mi isla de palabras. No fue una despedida planeada, sino un lento alejamiento, como quien se adentra en el oleaje sin darse cuenta de que la corriente lo arrastra mar adentro. La vida, con su inquietud incansable, me llevó a otros puertos: el trabajo, las responsabilidades, los proyectos que consumen el tiempo y las fuerzas. Sin embargo, en cada ocaso, el murmullo del blog me llamaba de nuevo, como el susurro de un viejo amigo que nunca se olvida.

Hoy regreso, no como quien retoma algo inacabado, sino como quien redescubre un tesoro enterrado en la arena. Este espacio sigue aquí, esperándome, con sus viejas entradas como conchas dispersas en la orilla, testigos de pensamientos que alguna vez fueron nuevos y ahora son ecos de otra versión de mí mismo. Burla, burlando, han pasado casi 15 años. ¿Qué fue de mis amigos a los que leía y me leían? Al leer ciertas entradas, sonrío. Algunas me sorprenden, otras me confrontan, pero todas me recuerdan que escribir era, y sigue siendo, una forma de existir.

Regresar no es solo volver a escribir, vivir no es sólo, como dijera el poeta (Azorín), ver volver; es también darle un nuevo rumbo a este viaje. Quizás ya no sea el mismo náufrago de antes; quizás las tempestades de la vida me han vuelto más sabio, o al menos, más consciente de la importancia de detenerse a observar el horizonte y compartir lo que se ve.

No sé quiénes seguirán por aquí donde encontré amigos entrañables, lectores y escritores de vocación quienes encontrarán estas palabras al abrir una vieja botella lanzada al mar del ciberespacio. Pero si has llegado hasta aquí, si sigues explorando estas costas, te doy la bienvenida.

A partir de hoy, Andanzas de un Náufrago vuelve a zarpar. Y esta vez, prometo no perderme del todo en la marea.

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