27 septiembre 2009

El sello de Salomón II


Como es arriba, es abajo; como es adentro es afuera. Tabla de esmeralda. Hermes “tres veces grande”.

“La verdad permanece escondida entre los legajos de la historia. Si la quieres buscar primero tendrás que decidir si estás dispuesto a pagar un alto precio por ella”. Parece que lo estoy viendo. Se trata de las palabras que mi amigo Eugenio me dirigiera años atrás, justo una semana antes de desaparecer en extrañas circunstancias y que ahora parecían una premonición. ¿No me estaba precipitando al acudir así, sin más ni más, a desentrañar un misterio tan aparentemente dormido en los pliegues de la historia pero que podría despertar con embestidas mortales?

Llueve. Volutas de humo como brasas emergen del pavimento. Frente a mi y en su fachada principal se elevan rectas y desafiantes las agujas de la catedral de Burgos. Han pasado más de 20 años desde que visité por primera vez el famoso monumento. Entonces era un adolescente larguirucho y escuchimizado con chiribitas en los ojos. Recuerdo que ya entonces el llamativo rosetón atrajo poderosamente mi atención, ese chorro de luz que por su medio vierte el sol sobre la nave central.

Me extrañó ver tanta gente en los alrededores para ser mediodía. El deán me recibió en su despacho con una sonrisa no exenta de un interés socarrón por conocer al curioso aventurero. Un amigo común le informó del motivo de mi visita y él tuvo la amabilidad de atenderme.

- ¿Qué significado encierra el Sello de Salomón?, pregunté a bocajarro. Clavó sus ojos en los míos. Tenía los codos apoyados en la mesa y las manos cruzadas a la altura de la boca. Su respuesta permanecía agazapada detrás de una sonrisa:

- Salomón ha trascendido a través de los siglos y aún de los milenios y ha llegado hasta nosotros como el rey sabio, dijo mientras parecía sopesar una respuesta más arriesgada. Liberó las manos y las separó al frente primero y luego a los costados como si oficiara la misa. No te alejes de esa pista; y concluyó al punto. Alzó los hombros y me aconsejó visitar el archivo y la biblioteca de la catedral.

-Me disculparás, añadió azorado, pero hemos tenido una desgracia esta misma mañana: ha aparecido un cadáver junto al altar de la capilla del Condestable. Nadie ha visto nada; al difunto al que conocí hace un par de días lo encontraron con el pecho atravesado de una puñalada mortal. Te puedes imaginar, está por aquí la policía y se espera al juez para el levantamiento del cadáver. También merodean algunas televisiones y demás fauna de periodistas. Comprenderás que no pueda atenderte como desearía. Debo acudir a contestar unas preguntas.

- Lo comprendo; sí que es una fatalidad. ¿Se sabe de quién se trataba?

- Pues no quisiera alarmarte pero el muerto era paisano tuyo. Le atendí hace un par de días y se llevaba entre manos también unas preguntas poco convencionales. Similares a las que tú me has planteado. Y ahora debo salir. Y se fue.

El eco sordo de sus pasos me sumió en una rumia interior sobre los motivos exactos de la visita de mi paisano. No obstante mi primera intención, decidí no acercarme a la capilla por lo concurrida que estaba y el trasiego de los funcionarios. El resto del día lo dediqué a visitar al amigo que me facilitó el contacto con el deán de la catedral y a programar ciertos recorridos que debía hacer en mi estancia por tierras de Burgos.

Acusé el cansancio cuando llegué al hotel Mesón del Cid donde me hospedaba, situado frente a la fachada principal de la catedral. Después de cenar revisé mi correo. Junto con un par de mensajes del grupo había uno de Aurora. Me sorprendió.

- Carlos, decía la nota, espero que el resto del viaje lo hicieras sin contratiempos. Te escribo porque entre las cosas de mi niña he encontrado una nota arrugada que he supuesto sería tuya y que ella seguramente cogió de entre tus papeles. Lleva escrita una sola frase, creo que en latín, que dice: pulchra es et decora. Tú sabrás qué quiere decir y si es importante para tus indagaciones. Cuídate. Besos. Aurora.

Pulchra es et decora: eres hermosa y bella. Se trata de una leyenda que aparece arriba del todo de la fachada principal, junto a las agujas donde está la Virgen con el Niño y que era una de esas pistas que debía favorecer mi investigación. Agradecí el detalle a Aurora, cerré el correo y me fui a dormir.

“Mientras te mueves en el ámbito de lo cotidiano estás a salvo, los problemas empiezan cuando pretendes indagar sobre asuntos no tan evidentes o desconocidos”. Era otra vez mi amigo Eugenio cuya voz daba vueltas en mi cabeza.

Sigue

20 comentarios:

Ela dijo...

woow
imprecionante!

Prometeo dijo...

Gracias Ela.

Saludos

Carmen dijo...

Felicidades tanto por la parte I como la II del relato.
Muy bien narrado e intrigante.
Esperaremos con anhelo la parte III del mismo.
Un abrazo.

Prometeo dijo...

Muchas gracias, Carmen.

Vamos a ello.

Un abrazo

M. Angel dijo...

Prometeo, fascinante la primera parte como la segunda. ¿Continuará?

saludos

Leni dijo...

Logras impregnarlo todo de un misterio...
Y a veces tengo la sensación de que todo es mas sencillo de lo que parece.
Logras que el lector juegue contigo.
A mí me parece que se mezcla mas de una historia.
Intrigante...

(A veces me quedo con el interrogante de si es cierto ono,jajaja)
Si es cierto creo que tu fin de semana ha sido muy provechoso.

Beso (Tu amigo Eugenio tenía razón,hay que ser valiente para escapar de lo rutinario)

Prometeo dijo...

Hola M. Angel. Sí, continuará en breve.

Saludos

Prometeo dijo...

Hola, Leni.

Me gusta eso del interrogante.

Beso.

Eme dijo...

Muy interesante*

besosdulces*

Prometeo dijo...

Gracias Eme.

besosdulces.

Circe La Hechicera dijo...

MMMMM, que suspenso!!!, aventura y misterio, volveré por la otra parte. Cariños!!!

Prometeo dijo...

Gracias Circe. Está a punto.

Cariños.

Helen Maran dijo...

El sello de salomon la estrela de david el magen sagrado que husa el rey d David luego en su escudo en las guerras,has tomado algo sagrado para una historia fascinante, hermoso,saludos desde Israel,en 2 dias en el blog saco dos entradas sobre el Magen David la estrella del rey.

Lucía dijo...

La certeza de los amgos es inmnsa.
Un beso
:)

Adriana dijo...

Obrigada por sua visita ao meu blog!!
Admiro a linguagem espanhola!!
Abraço,fique com DESU!!

Prometeo dijo...

Un saludo cariñoso Helen desde España. Gracias por tus palabras.

Un abrazo.

Prometeo dijo...

Gracias Lucía.

Un abrazo.

Prometeo dijo...

Un abrazo, Adriana. Muchas gracias por tu visita. Nos leemos.

Onminayas dijo...

El primer asesinato: empieza a encenderse el misterio...

Sigo, Prometeo.

ana dijo...

Buffffff interesante, muy interesante.

Ya estoy irremediablemente enganchada.

Y encima un asesinatooooooooo, y en Burgossssss.