20 marzo 2010
Arrojar la escalera
Tras varias semanas de silencio por motivos de trabajo, intentaba ayer escribir unas líneas sobre la escritura misma, (escribir sobre el escribir) pues la tregua del puente de san José me lo permitía. La semana pasada me vi envuelto en una neblina formada por los estragos de la ruptura generacional, esa fosa abierta en la comunicación entre personas de edades dispares, muy a pesar de ellas mismas, porque en pocos metros cuadrados se yerguen varios mundos que pugnan por buscar su espacio en un dédalo de inseguridades, prejuicios y malentendidos. En esos remolinos del pensamiento o agujeros negros de la mente me entretenía cuando apareció la Dama del Trapecio con el borrador de un texto.
El texto me atrapó desde el mismo título. No lo voy a destripar aquí en un ejercicio estéril de vivisección porque la enjundia está en el texto mismo que se alza por sobre ramaje frondoso en busca de la luz. La Dama toma de la mano a dos maestros intratables y une las obras de ambos en la tarea de desbrozar un objetivo común: ¿no ha de terminar la escalera imprescindible para la subida, arrojada al vacío? El texto, además de lo dicho, forma una urdimbre con personajes mitológicos como la serpiente Ouroboros; Tántalo, paredro de Prometeo en el juego de arrebatar a los dioses néctar, ambrosía y demás secretos el uno y fuego el otro, a beneficio de los humanos, para la consecución de tales objetivos utilizan ambos unas habilidades harto peligrosas. Y tantos otros personajes que enriquecen el entramado tejido por la Dama del Trapecio.
Y concluye la Dama (y yo con ella):
“Las palabras, las lentes con las que miramos, los dados, fichas y tableros… la vida. Misterio. Paradoja. Hermosura. Porque “el amor, esa palabra” que es hermosa porque no es mía, ni tuya. Porque nombrando no nombra aunque es la llave, como hemos visto para llegar…al alfa y omega que nos susurra que buscamos lo que ya encontramos. Chssss…”
Etiquetas: Blog
Alma de blog
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
10 comentarios:
Me he quedado prendada de la imagen de la escalera. Es preciosa.
Tu artículo me ha hecho recordar un proverbio de un escritor español (Francisco Umbral) que me gusta mucho: "Escribir es la manera más profunda de leer la vida."
Te dejo muchos saludos berlineses.
Muy buena tu entrada. Realmente profunda.
Un abrazo.
En ocasiones, un silencio es capaz de decirlo todo... Chssssssss...
Muy interesante tu entrada...sobre todo muy profunda!
Un abrazo
Porque contituyen su amor...
Me gustó .
La mezcla de sentimientos, y puñados de amor ... justo , para entenderlo.
Ah, Cortázar y Prometeo juntos. ¡Qué placer para esta tímida y discreta fan tuya y claro, de Julio.
Un beso y un deseo: Que la palabra amor sea dicha.
Evocador ese Chisss final, el silencio como diálogo.
Buena entrada.
Un saludo
"El destino del escritor es extraño, salvo que todos los destinos lo son", decía Borges, sólo por tratar con otro intratable. Y continúa; "el destino del escritor es cursar el común de las virtudes humanas (…) ser no sólo actor, sino espectador de su vida. (…) El escritor tiene una desventaja: el hecho de tener que operar con palabras, y las palabras, según se sabe, son una materia deleznable. Las palabras (…) cambian de connotación emocional, de sentido; pero el escritor tiene que resignarse a este manejo, el escritor tiene que sentir, luego soñar, luego dejar que le lleguen las fábulas.
Y ante tamaña verdad no queda mucho por agregar, sólo que quedé profundamente amalabado por el noema, muy a pesar de los sustalos que en esta ocasión no me han exasperado.
D.
El silencio es un arte al que tu no debes afiliarte....
Sigue donándonos tus palabras.
Ah! Gracias
A ver...
Cantor, cantarino...
Es que la mirada a veces no entiende de metros...
Beso
(por muchos megas,phis,betas,deltas..épsilon,gamma.
, lenni...jajajjajajajaj
muác
Publicar un comentario