23 octubre 2005

Presentación


Presentación en sociedad de las Andanzas de un Náufrago. Vivir es ver pasar (las nubes). Vivir es ver volver, decía mi paisano Azorín. ¿Memorias de un náufrago? Parece que todo en la vida es materia para el recuerdo y contarla es hurgar en la memoria: lo feliz o infeliz que recuerdas haber sido.

Nací en Alicante (España), como el sol. A los 11 años salí de la casa familiar para ir a estudiar. La verdadera dimensión de este corto paseo que es la vida se adquiere a través de múltiples experiencias y vicisitudes, y de los cobardes no se ha escrito nada como bien reza el dicho. El camino de todos, yunque, martillo y forja, es un continuo peregrinaje y en algún recodo se presenta arteramente un naufragio. Y luego, todo lo demás...

Ahora estoy aquí, en mitad del camino, escuchando el murmullo del viento, viento de la historia, viento de la realidad que se precipita por todos lados, en todas direcciones en su caminar hacia… alguna parte. Aquí estoy: mientras vivo, miro; mientras miro, vivo.

Este muchacho hubiera podido ser feliz de quedarse aquí, pero si nos deja será el más desgraciado de los mortales.

Eso decía el padre del náufrago por antonomasia, Robinsón Crusoe, ante la inminencia de la partida de éste en busca de aventuras por esos mares de Dios.

Y León Felipe en su Fórmula de Prometeo: Por hoy y para mí, la poesía no es más que un sistema luminoso de señales. Hogueras que encendemos aquí abajo, entre tinieblas encontradas, para que alguien nos vea, para que no nos olviden. ¡Aquí estamos, Señor!

El ciberespacio me permite compaginar dos libertades: la libertad de escribir y la libertad ilimitada de ser un desconocido.

Saludos.

2 comentarios:

Prometeo dijo...

Muchas gracias, Gonzalo

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Entro de puntillas en tu primera y bella incursión de las palabras encadenadas, y como dicen los padres de sus hijos -ya apuntabas maneras...-
Un bello soliloquio volcado en la soledad y la incomprensión hacia el que escribe, y la aventura de hacerlo...pero el naúfrago compensa la lluvia y las tormentas del mar, con los inigualables amaneceres y atardeceres desde la nave que te llevará al infinito de ti mismo...
Un abrazo de azpeitia