08 mayo 2008

A ras de Duero III

Apuntes nostálgicos del cuaderno de viajes de un náufrago. (III)

En mi periplo soriano ocupa un lugar principal la ruta de los castillos. Entre todos ellos sobresale de manera destacada la fortaleza califal de Gormaz, la más grande de Europa en su género. Erigida a mediados del siglo X., con sus 1.200 metros de muralla reforzada con 28 torres para la defensa. La fortaleza toda es visible a decenas de kilómetros de distancia. Teatro de batallas épicas. Sobre la margen derecha del Duero, se yergue espléndida la fortaleza de Gormaz.


Cuenta la leyenda: “Gormaz, trescientos sois y en treinta os quedaréis”.


Fortaleza de Gormaz desde la entrada del pueblo cercano de nombre Recuerda




Castillo de Gormaz, desde la salida del pueblo de Recuerda


Fortaleza califal de Gormaz, la más grande de toda Europa, en su género. (Siglos IX-XV), tuvo por Alcaide al Cid Campeador

Acceso a la Fortaleza Califal de Gormaz. “Por fin llegan a Gormaz, castillo de gran valor”. Mío Cid.

Acceso a la Fortaleza de Gormaz





Paso desde la Torre del Homenaje al Alcázar donde se encontraba el palacio califal, la sala de armas, la poterna o salida (y entrada) de emergencias.



Torre del Homenaje, donde el Alcaide hacía juramento de fidelidad y de defender con valor

Puerta califal de estilo cordobés





Muralla (cortina exterior) de la Fortaleza de Gormaz y acceso


Muralla exterior

Vista desde la fortaleza de Gormaz, río Duero incluido


Otro paisaje que también se puede contemplar desde la fortaleza de Gormaz en Soria


El pueblo de Gormaz y el Duero desde el Castillo.


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Otros castillos de la zona:


Castillo de Berlanda del Duero

Castillo de Berlanga del Duero


Castillo de Ucero desde la entrada del Cañón del Río Lobos


Castillo de Ucero



Epílogo III:



Por sus ojos mío Cid va tristemente llorando;
volvía atrás la cabeza y se quedaba mirándolos.
Miró las puertas abiertas, los postigos sin candados,
las alcándaras vacías, sin pellizones ni mantos,
sin los halcones de caza ni los azores mudados.
Suspiró entonces mío Cid, de pesadumbre cargado,
y comenzó a hablar así, justamente mesurado:
«¡Loado seas, Señor, Padre que estás en lo alto!
Todo esto me han urdido mis enemigos malvados.»


Mío Cid, canto 1

3 comentarios:

mcarmenjerez dijo...

Buenos días.
Es estupendo el paseo por los castillos de Soria en el descanso de la mañana. Preciosas las fotografías y agradable la lectura.
Un saludo.

Prometeo dijo...

Muchas gracias, mcarmen. Hay rincones preciosos aquí mismo, allá mismo...

Espero que pronto abras tu blog y cuentes algo de lo mucho que sabes.

En este momento llueve torrencialmente.

Buen día.

mcarmenjerez dijo...

Buenos días.
Gracias por tenerme en tan alta estima, no lo merezco. Lo cierto es que sí que tendré que hacerme un blog al final, ¡todo el mundo tiene uno! :-)
Es cierto que hay lugares preciosos aquí mismo. Hace un par de años me aficioné al senderismo y llevo desde entonces haciendo excursiones por la provincia. Es impresionante la de cosas bonitas que he descubierto en el mismo Alicante, aquí mismito.
Saludos.