03 octubre 2009

El sello de Salomón IV


“Dos cañas beben en un arroyo. Una está hueca. La otra es una caña de azúcar”. Sufí persa Jalaludin Rumi

Encontré al deán en la biblioteca. Ojeaba, monóculo en mano, un documento del archivo, en concreto la carta de arras del Cid. Me escudriñó por encima del vidrio y se sonrió para sus adentros, condescendiente.

- Hoy te buscaban también a ti. Dijo mientras retiraba el documento. Se trata de un inspector de policía; inofensivo si no tienes nada que temer; con fama de duro si pretenden engañarle.

- Sí, hace unos segundos he sorprendido a alguien que me seguía. Son muchas casualidades ya, respondí como una explicación.

- Es lo que pasa cuando uno va detrás de algo, también alguien va detrás de uno. Es ley de vida. Dijo mientras me invitaba a sentarme.

Quise centrar la conversación en el propio motivo de mi viaje mientras aparecía el inspector. He podido comprobar por mi mismo, -propuse con ánimo de ser cortés- que la catedral está repleta de leyendas, misterios y sucesos increíbles, que se diluyen entre los ecos sordos de pasadizos y capillas del templo. Realmente es una suerte disfrutar de esta joya única en su género.

El deán me miró complacido. En realidad quería que bajara la guardia para poder sacarlo del yermo de las frases hechas y conducirlo a territorios más comprometidos y feraces. Como al azar saqué a relucir el juego de la oca.

- Parece simple, -dijo mientras me miraba con fijeza- pero guarda ciertas claves. En el ascenso a la cumbre de una montaña uno se encuentra muchos caminos. De oca a oca es como decir de maya a maya. Todo es efímero, vano, fútil. Iba lanzado y no le interrumpí. Cuando llegaste examinaba un documento cuya atribución de autenticidad puede hacerse con cierta garantía: se trata de la carta de arras de la boda del Cid con Jimena. Con el paso del tiempo todo adquiere un carácter de leyenda. Al igual que la literatura utiliza ciertos motivos y los reitera hasta la saciedad, también la vida misma desagua y se alimenta de tópicos de los cuales cada prójimo tiene sus preferencias. El resultado es el mismo. Da igual que se llame Camino de Santiago que subida al monte Carmelo; búsqueda del santo grial que nube del no saber; gran obra de los alquimistas que viaje a Ítaca; elixir de eterna juventud o rueda de las estaciones. Las metáforas, como barquichuelas veleidosas, nos conducen por el río de la vida entre escollos y meandros, valles y quebradas. Avanzamos por el sendero afrontando sus pruebas y recibiendo el bálsamo reparador que cura las heridas y disuelve las cicatrices.

- ¿También el sello de Salomón tiene ese significado? Me atreví a preguntar intentando reponerme de la catarata que diluvió sobre mi.

- De un solo trazo y como un bucle sin fin está hecho el nudo de Salomón. La muerte es la única que crea la ilusión de ruptura de la raya, la única que cree poder desbaratar el lazo. Si cayéramos en la cuenta sabríamos que no estamos en este mundo para otra cosa más que para la búsqueda de la belleza, que es otro de los nombres de la sabiduría.

- ¿Carlos García? Alguien había pronunciado mi nombre a escasos metros de distancia y me sobresalté.

- Inspector Crespo, se presentó y me extendió su mano. Tengo que hacerle unas preguntas. ¿Me acompaña, por favor?

Seguí al inspector hasta una cafetería cercana.

- ¿Conocía al muerto?

- En las noticias hablaron de asesinato. Acerté a decir.

- Sí pero eso son cosas de policías y de jueces, él está simplemente muerto. Aclaró con cierta sorna.

- Pues no le conocía; sé que es paisano pero su nombre no me dice nada. Añadí.

- Encontramos esta nota en un bolsillo. En ella viene escrito su nombre y su número de teléfono.

- ¿Ni nombre? Repetí nervioso.

- Como lo oye. Concluyó el inspector.

Sigue

25 comentarios:

SANDRA... dijo...

Paso a saludarte en esta tarde de sábado y desearte que disfrutes del fin de semana.
Besitosssssssssssssssssssss.

Carmen Montoro dijo...

Me estaba reservando de comentar, esperando tu resolución de este relato EL SELLO DE SALOMÓN...

La verdad, es que cada vez hay más intriga, aparecen nuevos enigmas, y el ritmo de investigación va subiendo (la referencia a Rumi, me encantó).

Estoy dispuesta a disfutar del camino con vos, querido Náufrago, un auténtico placer leerte.

Saludos salados!

Sara Royo dijo...

Hola, he pasado a saludar.

Ela dijo...

me encanta lo que escribes =)
cuidate mucho
saludos

Prometeo dijo...

Gracias Sandra, muy amable. En este mediodía del domingo te deseo que termines el fin de semana muy bien.

Muchos besitos

Prometeo dijo...

Muchas gracias Carmen por acompañarme en el camino.

Saludos.

Prometeo dijo...

Muchas gracias Ela.

Besos

Anónimo dijo...

Deja un buen sabor esta lectura y la incógnita del desenlace.
Un placer leerte.

alba* dijo...

¡Pero bueno! ¿por qué nos deja siempre con la miel en los labios?

Es bromaaaa
Me encanta ese punto de intriga que nos deja con ganas de más.

¡Ay!
Me tiene enganchada a la historia
en pequeñas dosis, que aún mola más.¿Para cuando el proximo mini capítulo?

Siga siga, señor náufrago esto está de lo más interesante.


Cariños y feliz semana

@Intimä dijo...

Volveré para seguir el proceso.
Me gustó la frase sufi.
Besitos.

Leni dijo...

Que bien lo haces prometeo¡¡
Como mezclas...
La conversación con el deán es en si misma un bellísimo relato dentro del relato.
Ese papel...
El segundo del relato.
¿o no?

Beso
Precioso como desde la superficie a veces creo que me llevas mas lejos...

YoSusan dijo...

Fascinante. Aquí estoy atrapada en tu relato.
Tanto, que ahora no se si quiero o no quiero el final, y mira que yo soy mucho de finales.

Te sigo

Un abrazo

EvaonmyMind dijo...

Jopé, te estás dosificando, eh? Mira que me estoy quedando sin uñas, y eso para una coqueta empedernida como yo es un verdadero dramón...
Ahora en serio, has conseguido crear un clima de intriga que me tiene en vilo desde la primera entrega. Como sólo tú sabes hacerlo.

Un besazo muy grande.

M. Angel dijo...

Sigo leyendo el sello de Salomón y sigue la intriga por alcanzar ese final.
Sigo pendiente de otro capitulo

Saludos

Carmen dijo...

Pues sí que sabes mantener el suspense.Ardo en deseos de conocer el final de esta bonita historia.
Besos intrigados.

Prometeo dijo...

Mucha gracias Salvador. Bienvenido.

Saludos

Prometeo dijo...

Hola alba*. Muchas gracias por tus palabras. Por dejarte enganchar.

Besos

Prometeo dijo...

Gracias Darilea.

Besos

Prometeo dijo...

Gracias Leni. Siempre atenta y siempre buscándole el jugo a la cosa.
Ceder el protagonismo porque la belleza está en todas partes.

Beso.

Prometeo dijo...

Gracias YoSusan. Eso es: ¿qué es un desenlace sin la vida toda?

Un abrazo.

Prometeo dijo...

Hola Elena. ¿Te quedarás sin uñas? jajaja. Un besazo.

Prometeo dijo...

Gracias M. Angel. Sigue un capítulo más de la vida.

Un abrazo

Prometeo dijo...

Gracias Carmen. Besos que intrigan.

Mariana dijo...

É muito bom leer-te pois aprendo mucho.
Sou tua seguidora.
Gracias.
Abrazos

ana dijo...

Los datos que aportas, sin duda, enriquecen mucho tu relato.

En este en particular hablaste del juego del lenguaje, de las metaforas, y de la vida. Una metafora increible.

Y cada vez se pone más interesante, eso sin duda.

Voy con la última parte.