Villa bitácora era un hervidero de rumores. Los luctuosos acontecimientos acaecidos días atrás enfrentaron a los nuevos navegantes del ciberespacio con la menos indubitable de las verdades: en la red de redes también se muere. El exitoso blog Sombras en el Silencio que conducía con mano segura el bloguero Ulises llevaba unos diez días varado en el océano de los blogs sin recibir ninguna nueva columna y esto alarmó a lectores y curiosos. Se trataba de un blog especialmente activo que sin aviso previo ni motivo estacional aparente había dejado huérfanos a sus numerosos lectores de las reflexiones que aparecían con un ritmo de una cada dos días, incluso en el periodo vacacional. Algo había ocurrido si bien nadie sabía a ciencia cierta qué.
Plinio, otro bloguero amigo de Ulises aventuró desde su propia bitácora una explicación que pretendía tranquilizar pero que provocó el efecto contrario y acrecentó la inquietud entre los seguidores. Según la misiva de Plinio, ambos amigos habían formulado meses atrás, entre veras y risas, un protocolo de actuación para imprevistos que consideraba la eventualidad de una desaparición repentina de alguno de ellos que les impidiera avisar desde su mismo blog del fatal desenlace. Ambos blogueros habían dispuesto la que sería su última entrada al blog, algo así como un epitafio programado en caso de fuerza mayor y que saldría a la luz el último día del mes, tras el aciago suceso. Si se cumplía la fecha señala sin contratiempo alguno era desactivado y programado para el siguiente fin de mes y en paz. De ese modo si uno de los dos amigos desaparecía de pronto, la ruleta rusa se pondría en marcha de manera implacable y en el plazo estipulado aparecería publicada en su blog la particular necrológica que informaría a sus lectores. Técnicamente era posible hacerlo y así lo acordaron para tenerlo todo bajo control.
Diez días les separaban del fatídico 31 de agosto y la bitácora Sombras en el Silencio permanecía enredada en algún laberinto del tiempo. Por más que lanzaran un SOS a través de los buscadores y redes sociales no hubo manera de averiguar el destino de Ulises. Los días de plomo no auguran nada bueno a pesar de ciertos rumores que hoy juraban haber visto a Ulises en Argentina y mañana lo ubicaban en Nueva York.
A las cero horas del día uno de septiembre miles de pantallas de ordenadores de todo el planeta amanecieron con el penumbroso icono del blog Sombras en el Silencio. Plinio, más inquieto que de costumbre a esta hora había dedicado todo el día a merodear por el blog y a marcar el número de teléfono de Ulises que le devolvía siempre el típico retintín de apagado o fuera de cobertura.
La pantalla parpadeó de pronto y la presentación inicial cambió. Plinio contuvo la respiración. En el lugar de una simple entrada de texto apareció un fundido en negro del que brotó un minúsculo contador que se agrandaba vertiginoso desde el cero al cien. La pantalla suavizó su color y desde el ángulo izquierdo hasta ocupar por completo el recuadro se fue dibujando la cara de Ulises, con sus sonrisa pícara del que cree que no tendrá nunca que dar semejante noticia. Y comenzó a hablar de forma pausada:
Queridos amigos: si estáis viendo esto, -balbució entre sonrisas contenidas-, es porque lo que viene a continuación es una mala noticia: hace horas, días o semanas que ya estoy definitivamente fuera de cobertura, -y se miraba las manos con incredulidad. Y añadió: Internet, milagro virtual, también tiene prevista una despedida virtual. Y aquí está. Seré breve.
Hubo unos cuantos cortes de realización y apareció de nuevo la cara de Ulises que ahora desde un primer plano denotaba un mayor control de la tesitura. Prosiguió: en primer lugar quiero daros las gracias a todos los que me habéis leído todos estos años. Esta será mi última entrega de una serie de retazos de mi propio rompecabezas. Como bien sabéis, -ahora hablaba desde un primerísimo plano que agrandaba sus ojos-, donde voy estaré para siempre fuera de cobertura. Esbozó una mueca que terminó por imprimir a su cara un rictus de tristeza. Al fin extrajo una sonrisa de algún lugar impreciso de sí mimo y la dejó correr por su cara como cuando se llega al clímax en una representación teatral. Alzó su brazo, esbozó una amplia sonrisa pronunció un adiós emocionado y saludó sin convicción con la mano.
Y así quedó su imagen congelada en la pantalla.
Plinio había permanecido electrizado durante todo el tiempo que duró la alocución de Ulises. Todo queda bajo control, se oyó murmurar mientras las primeras lágrimas anegaban sus ojos. El sonido estridente del teléfono lo sacó del hoyo. Era alguien de la familia de Ulises; Carlos Fernández, que así se llamaba el tal Ulises había sufrido un accidente de automóvil y yacía en una silla de ruedas con las facultades disminuidas. Sólo acertaba a preguntar de cuando en cuando como un estribilo agónico: ¿qué día es hoy?
Nota: Relato de ficción en recuerdo a los blogueros que se fueron. A la memoria de Ángel que falleció recientemente. http://perrosyperreros.blogspot.com/
42 comentarios:
Podrías indicar el link de ese blog?
Gracias
Buenas tardes a el Ojo de la Razón. El link que me piden no existe, se trata de un relato de ficción.
Saludos
Una entrada muy creativa y más hermosa. Llegué a conocer a Angel y su blog a través del post donde preguntabas si alguien sabía algo de él, pero no me quedó claro si se había llegado a producir este fatídico final.
Este mundo de ojos navegantes, muchas veces sin rostro, promueve amistades, libera sentimientos que hace años serían técnicamente impensables.
Al menos todos aquellos a los que aludes, dejaron una buena parte de sí mismos, la herencia escrita para los que llegamos detrás...
Abrazo.
como epitafio ficticio y homenaje a un blogero caido esta muy bien
me ha mantenido en vilo
además extrapolado a la vida real, muchos amigos viven de esta manera, sin son mayores, muy mayores, se llaman todos los viernes, "el día que no conteste Pedrín, o no conteste tú, uno de los habrá muerto"
me ha gustado mucho
un saludo
El mismo habría de escribir su ida, a su manera y con los verbos necesarios*
saludos*
Pero que genial eres, náufrago!
Nos has vendido el "cacao maravillao", "la guerra de los mundos"...que bueno, hemos caido en tus redes.
Tu ficción es magistral, y todos queremos más. Esta también era un homenaje a tu amigo Angel, recuerdo haber visto su foto en un post (una foto estupenda de un tipo bienparecido).
Busco, entre ratos, imágenes de la luna... algunas hay. No muy buenas, pero alguna es salvable, ya te las paso... ya sabes, reflejos sobre la mar.
Un besote "salao"!
Menudo relato!
Hace unos días vi una entrada sobre la muerte de Ángel. Es un bonito homenaje este relato tuyo, a él y a todos los que día a día van desapareciendo.
Saludos
Conmovedoras letras que nos ponen alerta a esta sociedad que formamos los blogueros.
Siempre afirmo que estamos parados en el umbral de la realidad yla ficción.
En memoria a los que dejaron sus letras grabadas en nuestras almas rozando algún fragmento de nuestra vida: Mis más profundo sentimiento.
Y mis gracias.
Buen gesto hacia ellos.
Mis bendiciones.
Ale
Magnífico! Muy buen relato, mantiene la atención del lector durante todo el trayecto. Felicidades. Un abrazo
hermoso
has escrito con mucha alma
un beso grande
Mano que bueno, el texto esta genial, una historia maravillosa, y una interrogante que a veces muchos en la noche frecuentamos ¿que pasara el dia que todo se apague?
Un gusto encontrarme con tu blog, nos estamos leyendo! Feliz semana!
Es mi primera visita a tu blog, pero si tu me permites estaré mas seguido! es maravilloso el relato!te dejo un gran beso.
Me gustó mucho tu relato, es una historia que los blogeros entendemos bien. Mis felicitaciones y un gran abrazo
Ro
Hola,
llego a tu blog desde mi blog y me alegro de haberlo hecho. Me encanta el relato, triste, eso sí.
Un saludo y pasaré a menudo por aquí.
A veces lo he pensado, lo de qué pasaría con el blog si, no te creas que no... pero supondría una nimiedad en ese trance.
Saludos :)
Qué relato tan conmovedor, señor náufrago.
Me ha gustado y me ha mantenido expectante hasta el final.
Enhorabuena por este generoso recuerdo a quienes va dirigido.
Cariños
Prometeo como has unido imaginacion y realidad.
Tu cable de conexion es excepcional.
Buen guión como debe ser.
Y una perceción genial de lo que ocurre ,sin duda.
Y como siempre tu siembras una solución.
Me sorprendió esta entrada ,porque liberé la mia..(la imaginación) y ha volado hasta esa pregunta que alguna vez me ronda y que no me gusta preguntarme.
¿Donde se irá todo?
Se quedará metido en esta caja de chips,micro chips,megas...?
Hace poco me pasó una cosa...
Increible¡¡¡¡¡¡¡
Hay fuerzas poderosas.
Hermoso homenaje Prometeo.
Para aquellos que nos enseñaron.
Incluso despues de irse.
(Un día te lo cuento)
Beso
(otro para tu blog)
Hola Onminayas. Lo de Ángel sí se confirmó. Me escribió un hermano y o confirmó: murió de un infarto.
Un abrazo
Gracias Jose porque así uno sabe si lo que escribe llega, mantiene la atención, , etc.
Saludos
Gracias Eme.
Saludos
¡Pero qué encantadora eres, Carmen!
Muchas gracias.
Un besazo para ti.
Gracias Begoña. Un recuerdo para todos ellos.
Saludos
Gracias Ale. Vivimos en la raya de dos mundos.
Un abrazo
Gracias Ana Márquez por tus amables palabras.
Un abrazo
Un beso grande Ela, muchas gracias.
Gracias P. Vargas. Nos leemos con mucho gusto.
Un abrazo.
Muchas gracias MOMENTOS DE LA VIDA. Un honor tu visita. Nos leemos.
Un gran beso también para ti
Gracias Ro, un gran abrazo para ti.
Gracias por tu visita Malalua. Nos leemos.
Besos
Mi paisana la premiada Annabel. Mucho gusto de saludarte. Para el que desaparece es una nimiedad y para quienes se quedan una llamada de atención.
Besos
Gracias alba* por su apoyo y sus palabras tan generosas
cariños.
Muchas gracias Leni, mujer sensible. Estaré esperando que llegue ese día en que me cuentes tu experiencia.
Beso
Mi querido amigo,me ha conmovido tu relato,grán corazón para todo y para nuestros amigos de blog.Tedejo un desafio en mi blog del mundo animal.espero que puedas recogerlo.Con cariño Victoria
Muchas gracias, Victoria. Muy amable.
Iré a recogerlo con mucho gusto.
Un abrazo
He leído el relato angustiado e imaginando exactamente cómo los seguidores de un blog sabrán que ha ocurrido una tragedia.
Es mejor que piensen que me he cansado de escribir y que arrojado la toalla.
El mejor epitafio, para mi, no se puede escribir, es el recuerdo.
Un saludo
Hola, Prometeo.
Hasta llegar a la nota que dejaste al pie del relato, me hiciste que creer que las situaciones eran reales.
Así que has conseguido que me lo lea de nuevo para verlo desde esa otra óptica de la ficción.
Muy bueno, Prometeo, muy buen relato y un bonito recuerdo.
Supongo que habrá reservado un cementerio bloguero, o eso me gusta creer.
Besos
Un gran placer leerte y un gran descubrimiento tu blog.
Seguiré leyéndote con sumo gusto.
Felicitaciones Prometeo.
Buenísimo relato, impresionante.
Me ha dejado bastante extraña el escrito. Fue de alguna forma, inesperado, y lleno de emoción.
Prometeo, espero aceptes mi humilde award en mi blog, en la sección de Arte, porque me gusta mucho como escribes y además es el primer año de mi rincón je.
Un abrazo grande.
Dejé pasar unos días para leer este post, ...... será que estoy tan cansada de los sentires dolorosos.
Magnificas palabras y sentires tan bien entrelazados y enviados al viento.
Si algún día no estoy....recuérdame.
Cariños
Vuelvo de vacaciones, y la primera entrada que leo (tengo muchas pendientes), es esta maravillosa ficción que has creado, pero que tristemente puede ser muy real, como en algún caso ya ha ocurrido.
Me ha encantado el relato.
Me ha mantenido en vilo este texto hasta el final. Y me has hecho recordar a un bloquero amigo de otros lares que conocí en persona y tristemente también se fue ... aunque su esencia siempre perdure en mí y en quienes le conocimos ... como, tal vez, perdure Ángel en la tuya.
Con tu permiso, regresaré, aunque sea en silencio.
Saludos.
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