02 septiembre 2008

Aisladas



Como una peonza a su cuerda estoy trabada a ti. Siento que estás cerca y hasta noto el aire de tu respiración que suspende los cabellos de mi nuca, como alza el vuelo el águila en la roca. Brincan las agujas de reloj un solo segundo e imagino que tú viertes tu néctar sin descanso al igual que yo avivo el fuego de mi hogar sin tardanza. Somos émulas del tiempo que transporta la vida de un lado a otro; siega la vida de un lado a otro.

Una celda y otra celda y otra celda. ¿Vivimos encerradas? ¿Presas en un laberinto de sueños? Uncidas la una a la otra y la otra a las unas sin posibilidad de desligarnos nunca, como bueyes monótonos. Tras cada tic tac del reloj mi cuerpo es rociado por un valioso presente que tú me envías; anega tu alma el regalo que yo te entrego. Tantas y sin embargo, una. Somos el milagro continuado de la vida y hemos aprendido a darle esquinazo a la muerte para que no nos toque nunca con su dedo, despachamos el futuro y demudamos el rostro del presente. Somos muecas, casi traspiés, iris de ojos, martillo y tímpano, ¿celada?

Y nuestro nombre es legión:
cella, cópula, cesura, celda, célula
PD. El dibujo está tomado de Alzheimer.org.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ha empezado bien el curso. Le sigo en la distancia, prometeo, y disfruto con sus reflexiones y sus poesías.

Un beso desde México

Alicia

Prometeo dijo...

Muchas gracias Alicia. Me alegro que así sea y le envío un beso desde España.

Prometeo